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Las escuelas del poder, y en particular las escuelas de élite, colocan a los jóvenes en recintos separados del mundo, especies de espacios monásticos donde llevan una vida aparte, donde están en retiro, retirados del mundo y enteramente ocupados en prepararse para las más altas funciones”. (P. Bourdieu)
Eduardo Dayan es el autor de La Mujer de los Viernes, una novela cuya historia parece estar basada en un hecho real, donde un grupo de jóvenes (Julia y sus compañeros), de clase social alta, que cursan el último año del secundario, aceptan el desafío que les propone la profesora de literatura: subir sus historias personales a un blog, para que puedan mirarse desde allí, así mismos y a los otros. “la profe” también los insta a relacionarse con otros jóvenes de un colegio marginal de la zona, que viven en carne propia la exclusión, la discriminación y la estigmatización de la sociedad. ¿Será posible un acercamiento entre estos alumnos, podrán los chicos dejar de lado los prejuicios sociales, para intentar un intercambio?
A través de un lenguaje coloquial, con diálogos creíbles y con palabras propias de la jerga juvenil, el autor nos acerca al mundo de adolescentes que pertenecen a familias adineradas y que no conocen otras realidades diferentes a las suyas. Chicos que no se relacionan ni siquiera con pares de otros colegios o countries. La nueva profesora de literatura percibe esto e intenta modificarlo; incomodando sus apacibles vidas para ponerlos de cara frente a otras situaciones, que se experimentan a cuatro cuadras del colegio.
Así, E. Dayan, cuestiona las bases de un paradigma educativo ya obsoleto, que todavía se sostiene a rajatabla en algunas instituciones educativas, y que prioriza la formación técnica y la adaptación de los jóvenes al mercado, dejando de lado las necesidades sociales inmediatas como así también ciertos valores como la solidaridad, la inclusión, la horizontalidad o la cooperación, por nombrar algunos.
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